lunes, 11 de julio de 2011

Mi psicóloga, segundo día

Para leer esto, tenés que primero leer este posteo: http://ositocool.blogspot.com/2011/07/mi-psicologa.html, si no te cago a piñas y te meo la cara por gil.


Segundo día
Después de la discusión que tuve con la forra de mi psicóloga el primer día de sesión, para que no me mande a Tribunales, tuve que mandarle un fax pidiéndole perdón por las boludeces por las que se ofendió... ¡como si yo pudiera resultarle ofensivo a alguien!, ¡por favor!
Tuve que pedirle perdón por gritarle, por putearla, y por haber roto un vidrio cuando salía del consultorio... también por haberle dejado mensajes amenazadores en la contestadora, por gritarle desde la calle con un megáfono, "¡tirame el chori, hippie arrepentida!" y cantarle una serenata disfrazado de empanada gigante, por escribirle con aerosol en la entrada del consultorio "aquí trafican órganos", por tirarle líquido de frenos en el techo del auto y meterle una papa en el caño de escape, por secuestrarle al hijo cuando iba al colegio y tirarle ácido muriático en los oídos (lo hice antes de devolverlo, claro... ah, sí, tuve que devolverlo, lamentablemente)... y también por tirarme un pedo en la cara de la secretaria antes de irme.

Me parece estúpido que alguien como yo haya tenido que rebajarme a ese nivel de pedirle perdón a alguien, menos mal que fue por fax y no personalmente, creo que no hubiera podido hacerlo. De hecho, el fax no lo redacté yo, sino mi secretaria... ¡una de ellas!

Viajé en tren y subte esta vez. En el tren me afanaron la billetera, y en el subte me apoyaron tres veces, ¡así que no, no voy a cambiar de opinión, el transporte público me sigue pareciendo una garompa!

Llegué al edificio, toqué timbre, y en el portero eléctrico: -"buenas tardes, ¿qué desea?"- que pregunta pelotuda, ¿qué puedo desear si toqué timbre, un cuarto de jamón crudo? Le dije -"deseo que te acuestes en las vías del tren por un rato, ¡y a ver qué pasa!" - "¡¿cómo?!, ¡¿quién es?!" - "la voz de tu conciencia, pendeja. Dale, hacelo" - "no, me estás mintiendo,  mi conciencia no tiene esa voz" - "¿cómo que tu conciencia...? ¿Tu conciencia te habla?" - "sí, como a todos, ví en una película que es un grillo... ¡ah, ¿ves que no sos mi conciencia?! ¡JA!" - "que hueca que sos, mami. ¡Abrime la puerta, pata sucia!" - "no, usted quiso engañarme, ¡¿qué quiere de mí?!" - "¡quiero que abras la puerta, ¿sos sorda o pelotuda?!" - "¡¿qué desea de mí?!" - "¡QUE APRETES ESE BOTONCITO DE MIERDA QUE TENÉS AHÍ!" - "usted... ¿desea poseerme?, ¿mmm?"- "¡NO, QUIERO QUE...! ¡¿QUÉ?!" - "Osito, sé que me deseás, y yo también te deseo, ¿por qué no subís y nos encerramos en el baño?"- por cierto, me olvidé de contarles que la chica esta es modelo, ¿eh?, ¡casi me olvidaba! -"¿Poseerte? ¿Encerrarnos? ¡¿Qué te pasa, nena?! ¡Estoy bardeándote, no chamuyándote!" - "y eso es lo que me calienta, Osito, eso es lo que me hace morderme los labios y sentirme... mujer. Quiero gemirte en el oído y arañarte la espalda"- me dijo, mientras una vieja se paraba al lado mío y me miraba excitada, frotándose las piernas. Asustado, me acerqué al micrófono del portero y dije en voz baja -"bueno, dale, después arreglamos, pero ahora abrime" - "yo te abro si vos me abrís, Osito, ji ji"- y yo manteniendo la voz baja mientras la vieja se desataba el pelo -"¡sí, dale, pendeja puta, abrime la puerta que me están por violar acá abajo!" - "vos sabés que no necesitás violarme, ¿no?, ¡porque violación es cuando una de las partes no quiere!, ji ji" - "¡sí, ya sé! ¡Dale, abrime, nena!" - "pero vas a cumplir tu promesa, ¿no?" - "¡sí, dale, abrime!" - "¿vas a hacerme todo lo que yo quiera, Osito?" - "¡¡¡ABRÍ LA PUERTA, LA CONCHA DE TU MADRE!!!"- CRRRRRR. Ese fue el sonido de la puerta abriéndose, no conozco la onomatopeya, así que ahora "CRRRRRR" es una puerta de portero eléctrico abriéndose, ¿OK?

Subí corriendo por las escaleras, con miedo de que la vieja quisiera seguirme. Llegué a la puerta del consultorio y la golpeé algunas veces.
Del otro lado: -"♫ ¡¿quién es?! ♪" - "el Osito Cool" - "♫ ¿qué vienes a buscar? ♪" - "¿qué?" - "ejem... ♫ ¡¿qué vienes a buscar?! ♪" - "eh... ¿acá es el consultorio de la psicóloga?" - "(no, no, decime "a tí ♪")" - "¡¿qué?!" - "(¡sshhh, hablá entre paréntesis!)"- ¡sí!, ¡no sé!, ¡me dijo eso!, que hable entre paréntesis, así que pongo lo que dijo entre paréntesis -"¿qué?, ¿entre paréntesis?" - "(¡sí!)" - "(¿así?)" - "(sí... tenés que decirme "a tí ♪")" - "(a tí ♪)" - "(¡entre paréntesis no!)" - "(¡entre paréntesis no!... dale, abrime)" - "(¡no, no, que no me digas "a tí ♪" entre paréntesis)" - "(eh... bueno...) ¡A tí! ♪" - "¡pero pará que te doy el pie!" - "[la concha de la lora]" - "(¿qué?)" - "(nada)" - "♫ ¿quién es? ♪" - "el Osito Cool" - "(¡con ♫ y con ♪ al final!)" - "♫ ¡el Osito Cool! ♪" - "♫ ¿qué vienes a buscar? ♪" - "♫ ¡a tí! ♪" - "♫ ¡ya es tarde! ♪" - "¡¡¡LA CONCHA DE TU HERMANA, SE ME HIZO TARDE POR TU CULPA, QUE ESTÁS PELOTUDEÁNDOME HACE QUINCE MINUTOS, Y ENCIMA ME RECRIMINÁS QUE LLEGO TARDE, LA PUTA QUE TE PARIÓ, FORRA DE MIERDA!!!"- se escuchan pasos de tacos corriendo y un portazo - "¡¿estás ahí?!" - "..." - "¡abrime!" - "..." - "la puta madre...".
Diez minutos después, yo ya estaba sentado en el piso, apoyado contra la puerta -"¿Osito?"- me paro -"¡sí!" - "la próxima que vayas a gritarme así, avisame primero, así llego al baño". Me abre la puerta, entro, la puta intenta abrazarme, la corro con el brazo -"¿ya va a atenderme la pelotuda esta?" - "¿quién?, ¿la licenciada?" - "¡y sí!" - "¡ah!... no... hoy no vino a trabajar, ¿qué, no te avisé?".

Así que otro día les contaré sobre la tercera vez que fui... que fue en realidad la segunda sesión. Es como "El Osito Cool 2", que es el primero... en cursiva, claro... pero sin paréntesis ¬¬.

Volví en remís, ya no tiraba nada viajar en bondi, subte, tren, etc. Y el remisero tenía olor a ajo, la puta madre.

Chúpenla. Chau. Champú.

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